Cuando se trabaja con niños en publicidad es una labor muy gratificante, los pequeños disfrutan de ello mientras nos dejan sus mejores sonrisas. Son auténticos profesionales, se toman muy en serio cada sesión y ayudan en todo momento a que las todo sea un éxito.
Es más que sabido que la imagen de un niño enternece y divierte, por eso las empresas buscan en ellos esas expresiones que en adultos nos cuesta algo más.
El plató donde se hace la sesión debe estar acondicionado para que ellos se sientan a gusto, crear un ambiente cercano y agradable es labor de un buen fotógrafo. Crear un hogar por unas horas y que el tiempo pase volando sin darse apenas cuenta.
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